domingo, 20 de marzo de 2011

A sol y sombra.

La definición exacta de la palabra 'club' es definida por el diccionario de la RAE (Real Academia Española) como; "1. m. Sociedad fundada por un grupo de personas con intereses comunes y dedicada a actividades de distinta especie, principalmente recreativas, deportivas o culturales." (Diccionario RAE, Vigésima segunda edición). Bajo este concepto, podemos concevir que el término que le da nombre los principales actores de la primera división del fútbol chileno, no concuerdia ni empatiza con los manejos político-sociales dentro de las entidades, aún mal llamadas 'clubes'.

Primeramente, los intereses comunes dentro de los clubes deportivos y sus respectivas concesionarias privadas y dependiendes de acciones medidas en la bolsa, son nulos. La popularmente llamada "gente del fútbol", es decir, jugadores, técnicos, árbitros e hinchas en general, pierden gradualmente su influencia o poder dentro de los clubes gestados a partir de su propio y mas genuino amor y pasión. ¿Donde está la escencia del Fútbol? En la gente. Esa misma gente que se ve alienada de las desiciónes que se tomen en cuanto a SU club, tal cual su hermano, su hijo, su amigo o uno mismo.

La poca rentabilidad del fútbol -particularmente el caso chileno- y de sus clubes profesionales, sociales y deportivos que lo componen, practicamente los obligó a embaucarse e involucrarse con gestores privados y consecionarias especializadas en el salvataje monetario de entidades limpias de cálculos monetarios y o transacciones de dinero a partir de la convocatoria masiva. Es aquí donde el fútbol se ve contaminado, traicionándo su génesis y el espíritu que esta buscaba instaurar en la práctica deportiva.

Los clubes de fútbol, casi en todas las ligas y torneos del mundo, representan o reivindican una forma de vivir la vida, una manera de actuar, de juzgar, de tomar desiciones, de retroceder, de animar, de defender, de buscar, de perdonar y de atacar. Son estas características representadas por la insignia de cada club las cuales enriquecen la disputa deportiva en cada partido domingo a domingo, enfrentando, compartiendo y conjugando distintas perspectivas y experiencias que cultivan la historia y la memoria de cada club, desde los administrativos, hasta el hincha mas nuevo.

¿Por qué la gente acude en una cantidad muchísimo mayor al estadio cuando el equipo consigue buenas campañas? El hincha se comienza a empapar de esta ambiguedad y de este vacío ideológico espiritual, que comienza a amarrar y encerrar dentro de sí a los clubes, los cuales de a poco pierden su riqueza cultural, viéndose esta mermada por la ambición monetaria y publicitaria. A pesar de esta amenaza o embestida neoliberal -por que sólo la sociedad y políticas de consumo como sustendo de un estado pueden originar que hasta el fútbol, elemento deportivo, social y cultural, se vea invadido- el fútbol aún depende medularmente de lo que llamamos su "gente". Sigue siendo la gente quién construye el futuro del fútbol, siguen siendo los socios los componentes históricos de cada club, los gestores de sus éxitos y aciertos, como también de las caídas y períodos oscuros. Pero siguen siendo ellos, nosotros.

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Imágenes: 1: Citación a asamblea de socios, Club social y deportivo COLO-COLO, 2010. 2: Aniversario Club social y deportivo COLO-COLO, sede Ciefuegos 41. 3: Antonio Labán, presidente del Club social y deportivo COLO-COLO entre los años 1953-1962.

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